Su única opción era escapar, eso lo sabía bien. No podía dejar que siguiera experimentando con ella, era tan doloroso... tan agotador. No podía dejar que la "disciplinaran" de esa forma tan cruel y despiadada.

Después de aquel trágico suceso ya no tenía más nada que hacer ahí. Ya no tenía que luchar por nadie más. Ahora volvía a estar sola en aquella horrenda ciudad que nunca hizo algo para salvarla.

Huir de aquel lugar fue el primer paso que dio para seguir sobreviviendo. Ya no podía seguir siendo el títere de aquellas dos mujeres que la obligaron a crecer de ese modo tan cruel y despiadado. ¿Cómo podía ser tan viles con alguien mucho más pequeño que ellas? Los adultos eran crueles y únicamente quería mantenerse lo más alejada posible de ellos.

Aunque no sería tan fácil.

Sí, físicamente, había logrado escapar de esas cuatro paredes, pero, desgraciadamente, nadie le había explicado que los recuerdos serían igual de asfixiantes como estar encerrada en aquel sitio que la vio crecer. Su mente no dejaba de recordarle aquellos momentos que deseaba sepultar en lo más profundo de su ser. Su día a día eran memorias para nada gratas de lo que había vivido en aquel lugar con aquellas personas.

Era solo ella vagando por las calles Central City y aquella culpa que no parecía dejarla tranquila. La vida no se había conformado con dejarla aquellas dolorosas marcas, no, también la había obligado a presenciar y ser parte de aquel catastrófico suceso que la rompió un poco más, que la hirió de tal forma que no sabía si habría alguna forma de sanar.

¿Cómo pedir ayuda si creía que nadie podía dársela? Estaba tan rota que no podía confiar en nadie, y mucho menos en alguien mayor a ella. Pensaba que la dañarían, creía que debía arreglársela sola.

Sí, era pequeña, pero se las podría ingeniar ella misma, ¿verdad?

Aunque, no contó que Flash se cruzaría en su camino, no contó que terminaría nuevamente en un enorme lugar, haciéndole revivir aquellos horribles recuerdos de aquel orfanato.

¿Qué eran lo que querían de ella? ¿Experimentar? ¿Lastimarla? ¿Darle aquellos dolorosos castigos? ¿O simplemente la retornarían a ese lugar donde vivió sin una pizca de cariño ni afecto?

Decían que se llamaban Barry Allen, Cisco Ramon y Caitlin Snow. Jóvenes adultos que se habían acercado a ella sin darle un panorama claro de lo que querían hacer con su pequeña figura. Solamente sabía que debía demostrarse fuerte, aunque por dentro estaba aterrada de que la dañaran como esas mujeres.

Madison era su nombre.

Madison sería la que cambiaría la vida de Barry... de todo el equipo Flash.

¿Acaso ella podía dejar que esas personas, de alguna forma, la ayudaran?